sábado, 9 de mayo de 2020

COVID-19. El virus del cambio y la transformación Mundial

Es más que obvio que nuestro país no estaba preparado para afrontar una pandemia de la magnitud del COVID-19, y me atrevo a asegurar que ningún país lo estaba, ni siquiera Estados Unidos, La primera gran potencia mundial o Italia, conocido como La cuna del humanismo y  del renacimiento o España, País Monárquico de Europa reconocido por su historia y su arte, o China, también conocida como la superpotencia emergente. Países que nunca imaginarían que en medio de la tragedia de perder miles de vidas encontrarían un nuevo comienzo y que aún en medio de la desolación verían una luz al final del túnel.

Y es que nos cuesta mucho entender que las catástrofes también traen cambios y son la oportunidad de un nuevo comienzo. Estábamos acostumbrados a vivir nuestra vida con todo y sus afanes, sus rutinas y su caos y llegó el COVID-19 a transformarnos, a crear nuevos estilos de vida, más saludables y a darle ese respiro a la tierra que tanto pedía a gritos.

En medio de esta pandemia, surgen varios Interrogantes: ¿Cómo estoy afrontando esta situación? ¿Qué estoy haciendo para no caer en la desesperación? ¿Qué le aporta el COVID-19 a mi vida y qué puedo aportar yo, a la vida de los demás? Estas respuestas serán la razón por la cual habrá valido la pena vivir todo esto.

Para nadie es fácil quedarse en casa y todas las excusas son válidas: ¿De qué vamos a vivir?, hemos trabajado toda una vida para lograr una estabilidad económica y de repente todo se paraliza. Muchos no pueden quedarse en casa, no porque no amen a sus familias o porque sean ignorantes, es porque en el fondo no creen que esto está pasando y se aferran a ese rayito de luz, a esas cifras que a veces  parecen descabelladas porque son pocas y que no se registren más casos ni muertes, que la curva de contagio se aplane y se puedan levantar de esta pesadilla y continuar con sus vidas a pero desafortunadamente no es así, esto es una realidad muy difícil de afrontar.

El gobierno actual está tomando las medidas que cree pertinentes y pretende ayudar a todos pero es muy difícil lograr una equidad, por eso se nos facilita emitir juicios de acuerdo a nuestros principios, a nuestros valores y escala de emociones, pero por más duro que sea, el COVID-19 es una realidad en el mundo y todos nos vamos a ver afectados, unos sectores más que otros pero todos vamos a tener que empezar desde cero, los planes y proyectos que teníamos deberán ser replanteados y de esta forma volver a nacer, a surgir y a demostrarnos de qué estamos hechos. Esta cuarentena obligatoria por la vida nos hace reflexionar que lo más  importante en esta vida es precisamente la vida, la salud, el amor, el tiempo, ese mismo que en varias ocasiones nos faltaba y ahora nos sobra. No queremos ver cómo todo alrededor se desploma sin poder hacer nada, sintiéndonos diminutos e impotentes y no está mal sentirnos así, esos sentimientos nos dan el coraje y la valentía para continuar.

Quédate en casa, la frase de moda de la cuarentena, pero más que una moda, es un salvavidas, quedarnos en casa es estar a salvo en casa, es comprensible que muchos quieran y deban salir a trabajar, por eso es momento de unirnos y entendernos, en especial a los médicos y todo el personal de salud, que se sienten impotentes porque quieren hacer más y no pueden, a los verdaderos políticos que se la están jugando por su país, a los sacerdotes, policías y bomberos, a los emprendedores, a los empleados de los servicios de aseo, a los que viven de la informalidad laboral, pero sobretodo entender y ser solidarios más que nunca con aquellos que se han visto menospreciados por no tener un alto cargo ejecutivo, esos mismos que hoy se están arriesgando para mantenernos a flote en este barco de supervivencia.

Entender a los que se quedan en casa, a los que se refugian en la oración, a los niños que se frustran, que no comprenden lo que está sucediendo pero que con una sonrisa nos hacen olvidar de todo, también es justo entender y agradecer a los padres de familias por su creatividad y entrega; a los artistas, que ríen, bailan, comparten sus rutinas de ejercicios y recetas para motivarnos y, Por qué no entender a los resentidos, inconformes y desolados. A ellos también debemos entenderlos, sin juzgar, respetando sus ideas porque nadie sabe la batalla  interna que vive cada persona. Así  será más fácil encontrar una respuesta que nos identifique y nos permita contribuir con esta causa que se ha convertido en la moraleja más grande de todas las fábulas del mundo, te diría la mía pero no la apreciarías de la misma forma que yo, por eso te invito a que tomes tu tiempo, obtengas información de todo lo que te rodea y clasifiques lo que te alimenta y lo que no, para que finalmente, logres emitir tu propio juicio y veas todo con más claridad y así encontrarás las respuestas que tanto buscabas.

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