lunes, 30 de noviembre de 2020

Reconstruirnos, una decisión propia


 

Reconstruirnos, una decisión propia

 

No hay nada mejor que reconstruirnos y reconstruir nuestra vida sin importar la edad o el tiempo que nos haya llevado finalmente a dar este paso, porque si hay una batalla que realmente vale la pena pelear, es esta. Reconstruirnos después de tantas caídas; después de una enfermedad, de una perdida, de una ruptura amorosa o de un fracaso laboral. No hay nada mejor que decidir que todavía tenemos una voz que merece ser escuchada, que tenemos una opción que podemos utilizar para cambiar nuestro futuro; tal vez necesitemos cruzar ríos, puentes o aprender algunas lecciones más para lograr una reconstrucción total de nuestras vidas, lo importante es no desistir en el camino.  

Es fácil quedarnos atrapados en la prisión mental en la que a veces nos enjaulamos y es más fácil culpar a las circunstancias o incluso a los demás pero no importa lo imposible que parezca salir de esa prisión, siempre hay un camino que nos lleva a la salida y a veces no nos damos cuenta que la puerta está abierta de par en par frente a nosotros porque tenemos temor de salir y enfrentarnos a más decepciones, no queremos volver a sufrir y empezar desde cero. 

Tenemos a nuestro alcance herramientas poderosas que nos ayudan diariamente en la reconstrucción interna, herramientas que a veces ignoramos que tenemos porque no somos capaces de ver lo maravillosos  que somos ni la grandeza de nuestro corazón, pero una vez que lo intentamos y sacamos provecho de nuestra fuerza interna, de nuestra autonomía, de la libertad con la que actuamos, del amor que le ponemos a todo lo que hacemos, es más fácil sobrevivir a cualquier situación que nos ponga la vida. Lo más importante de todo es saber que podemos contar con nosotros mismos ya que tenemos la fuerza suficiente para salir de la oscuridad y que en el momento que queramos, podemos optar por dejar una situación o una persona que nos hace daño y lo mejor de todo es que estaremos bien y entenderemos que no podemos cederle el poder a las personas de que con sus acciones nos definan.  

No hay nada mejor que reconstruirnos porque nos prepara para todos los desafíos, nos prepara para todos los momentos que normalmente nos asustarían. No hay nada mejor que reconstruirnos porque una vez que decidimos hacerlo, no hay marcha atrás, mágicamente todas las piezas encajan y nos permiten ir más allá de lo que creíamos que era posible,  avanzamos con  la total libertad y la confianza plena en nuestras acciones; todo aquello que nos pesaba y no nos dejaba fluir, finalmente quedará atrás.

 

ADRIANA BERRIO F


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