¿Injusto o esperanzador 2020?
No hay nada justo en lo que nos ha entregado este 2020. En conjunto, nos hemos enfrentado a una cantidad de dificultades que no alcanzamos a describir, ya que cada persona ha vivido su batalla interna de forma diferente. Y aunque no todos podemos vivir de la misma forma las adversidades que nos ha traído este año, me atrevo a asegurar que, si ha cambiado la forma en que experimentamos el mundo, los planes para el futuro, las trayectorias profesionales y las relaciones personales de forma frustrante. Pero por más que queramos cancelar por completo el 2020, todavía nos queda un tercio del año; y en ese tercio, tenemos el tiempo y el poder para reescribir la historia de este año por nosotros mismos.
Cuando inició la pandemia, todo giraba en torno a ella, incluso aún gira; las noticias, los artículos de opinión, las conversaciones, los comerciales, las intervenciones en la televisión, las redes sociales y todo esto, solo nos llevaba al desespero y la desesperanza.
Muchos de nosotros pusimos nuestras vidas en pausa, esperando que la crisis terminara pronto. Elegimos la distracción, la comodidad, el "control" o cualquier mecanismo de afrontamiento que mejor pasara el tiempo, pero a medida que transcurría el año, se hizo más evidente; el dolor propio y el ajeno, los casos de Covid-19 en aumento, las vidas que se perdieron en la lucha, las clínicas al tope, los casos en nuestras familias y conocidos, los negocios quebrados, las familias sin poder llevar sustento a sus hogares, las masacres en el país, la corrupción, la inseguridad, la indiferencia y la ignorancia de algunos frente a la pandemia. Podría seguir mencionando las situaciones marcadas por este año que pueden ser innumerables porque ha sido desgarrador para muchas personas, pero lo más importante, en todo caso, es no permitir que sea el estrés el que marque la pauta en la propia vida.
La combinación de cosas que no han vuelto a ser como antes, junto con la sensación de que no hay nada que esperar en este momento, ha sido muy deprimente pero debemos recordar que no importa el tipo de dificultades por las que pasemos o lo trágica que haya sido la experiencia debemos aprender a procesar todo lo vivido este año, replantear las pérdidas, recuperar la fuerza y transformar la historia en algo hermoso porque si se pierde la esperanza, se pierde todo.
Entonces... ahora tenemos una opción:
Renunciar al 2020, poner nuestros sueños en espera indefinidamente mientras nos resignamos a salir adelante o presionar "Reset" en este año y volver a conectarnos con lo que es realmente importante para nosotros y crear un nuevo plan de acción para vivir la maravillosa vida que merecemos y aprovechar lo que queda del 2020, comenzando desde ahora. Plantea tus metas, establece rituales que te ayuden a la preparación de un futuro increíble, utiliza este año como una oportunidad para cambiar de métodos y obtener resultados diferentes que te lleven a una transformación interna, descubre el secreto para ser feliz todos los días, independientemente de las circunstancias y recupera la confianza en ti.
Yo no me voy a rendir con el 2020, y tampoco voy a dejar que tú lo hagas porque a pesar de sus altas y bajas, este año nos está dejando la enseñanza de vida más grande. Valorar el presente y a las personas que amamos porque es lo único que tenemos. Recuerda "Solo hay dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el día correcto para amar, creer, hacer y vivir" Dalai Lama.
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