Todo lo que nos pasa, es solo el resultado de las cosas a las que estamos conectados, a las vibras que transmitimos. Esa conexión de la que somos conscientes, es la proeza más asombrosa e inimaginable que podamos atribuir a la divinidad y por tal razón deberíamos dejar de esforzarnos tanto por controlar nuestras vidas y aprender a surfear en la ola de la vida y disfrutar en el mar de la sabiduría porque nuestra vida está llena de giros, de olas, de vueltas inesperadas así que fluyamos, seamos, nademos pero sobretodo vivamos.
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